sábado, 26 de mayo de 2012

Soberanía nacional pilotando entre el Derecho y la Política Internacionales

6. El ¨Congreso¨ de Paz de San Francisco de 1945.
En realidad no se le debía llamar así, porque los términos de los varios Tratados de Paz ya los habían determinado los vencedores: Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña y el Tratado no se firmaría sino en 1953. Lo que si se hizo en 1945 fue:
a) Esbozar la Nueva Sociedad Internacional, la Organización de Naciones Unidas; y
b) distribuir el botín, esto es, los territorios colonias de los vencidos, entre los vencedores.
En otras palabras, se repitió lo de 1919 en Versalles; pero con mayor celeridad. Porque ya los Tres Grandes, a través de una serie de acuerdos ya lo tenían todo decidido. 
Entendí en ese momento que las raíces del esquema de la entonces naciente Organización de las Naciones Unidas no era meramente la revisión de la fracasada Liga de las Naciones originada tras el desorden internacional creado por el fin de la 1ª Guerra Mundial y la Paz de París en 1919.
Era en realidad, un paso más en la progresión lógica, aunque accidentada, hacia un mundo donde el orden imperase en las relaciones entre naciones y, por ende, entre pueblos. Pero, más habría de poder la costumbre que la razón, como veremos.
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Soberanía nacional pilotando entre el Derecho y la Política Internacionales

3. Génesis y definiciones.
De regreso en Puerto Rico, me topé nuevamente con esa moneda; pero ahora en la práctica, y pude observar como un solo concepto, Soberanía, puede ser, al vez motivo y freno de cambio, no solo a nivel internacional, sino al nivel nacional.
Pero no tiene – y no debe – ser así, porque el concepto ha evolucionado de ser la soberanía absoluta de un monarca sobre un pueblo, hasta ser una soberanía nacional en que el monarca pasa a ser el representante de la nación ante la comunidad de naciones ejerciendo la soberanía externa de la nación, mientras que el  pueblo de la nación, o de las  unidades que componen la nación, retiene la soberanía interna que comprende notablemente la competencia para dictar como se ha de ejercer la soberanía externa de la nación vis-a-vis la comunidad de naciones en general o en particular.
En suma, y constatarlo esta al alcance del que quiera hacerlo, en los 67 años que van desde 1945, la sobera-nía, como concepto fundamental del Derecho Inter-nacional Público, ha mutado, paso a paso, de ser la prerrogativa personal y exclusiva de un monarca hereditario o eclesiástico, a ser parte integral del acervo personal y exclusivo de las competencias de cada ciudadano de cada pueblo.
Soberanía nacional reside en el pueblo y se ejerce, tanto interna como externamente, por medio de sus órganos constitucionales representa-tivos. Es una cualidad inalienable del pueblo, no una condición política como lo son dependencia o independencia.
Soberanía se ejerce o no se ejerce, mientras que independencia se tiene o no se tiene o no se tiene.  
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martes, 22 de mayo de 2012

Soberanía nacional pilotando entre Derecho y Política Internacionales 4

4. ¿Guerra y Paz? o ¿Soberanía y Responsabilidad Internacional?
Además de ser novela por León Tolstoi, al adicto a la historia de la diplomacia, parece haber sido pasatiempo de reyes y emperadores, y hasta de Papas, en esos momentos de ocio entre intrigas palaciegas que buscaban hegemonía por otros medios. Vale la pena reflexionar un momento en lo que eran, lo que son, y lo que serán.
  
Guerra es, entre nosotros que nos jactamos de humanos, el poder hecho realidad. Paz, nos dice la RAE es la ¨situación y relación mutua de quienes no están en guerra¨. Nos dice además que es la ¨Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia¨.
       
Paz y Guerra, entonces, reflejan la contradicción existente entre la sed de poderío, que parece ser parte del bagaje genético del ser humano, y el ansia de un ordenamiento que propicie la permanencia del poder obtenido y lo regule.

El consiguiente pulseo entre Derecho y Política es lo que mantiene ese precario equilibrio entre el orden de la Paz y el desorden de la Guerra. Pero la capacidad destructiva de guerra moderna obliga a que se le ponga freno. La alternativa la expresó Albert Einstein cuando se le preguntó que armas se utilizarían en la Tercera Guerra Mundial, respondió: ¨No se con que armas se peleará la Tercera; pero la Cuarta será con palos y piedras¨.   (Sigue)

Soberanía nacional pilotando entre Derecho y Política Internacionales 3

3. Instinto territorial, una moneda, guerra y paz.
Largos debates tuve con mis profesores, que me citaban a Kelsen, Rousseau, Grocio, etc. Nunca quedé satis-fecho; pero no sabía precisamente por qué.

Finalmente, durante un conversatorio sobre Desarrollo del sistema de Organización Internacional resultante de Congresos de Paz, caí en cuenta que Derecho Interna-cional, y Política Internacional no son sino las dos caras de una misma moneda – instinto territorial - y que, según cambia una, así también cambia la otra, aunque no al mismo paso.

Política entre naciones, como entre humanos, se expresa en términos de la distribución de poder y esto se logra recurriendo a la guerra. Derecho, desde el punto de vista objetivo, es el conjunto de leyes, reglamen-tos y demás resoluciones, de carácter permanente y obligatorio, creadas por el Estado para la conserva- ción del orden social.
Aquellas que se crean por común acuerdo (tratados, convenios, etc.) entre Estados, o por costumbre (derecho consuetudinario) constituyen normas creadas por los Estado para la conservación del orden inter-nacional son las que constituyen el Derecho Inter-nacional. (Sigue)

Soberanía nacional pilotando entre Derecho y Política Internacionales 2

2. Nota Introductoria.
Hace muchos años, cuando iniciaba mis estudios de Derecho Internacional Publico, me enseñaron que la materia descansaba sobre conceptos fundamentales, que entonces eran cinco: soberanía, consentimiento, recono- cimiento, buena fe y responsabilidad internacional.
           
En las seis décadas que han transcurrido, las relaciones políticas entre los estados, y con ellas el derecho tanto convencional como consuetudinario ha evolucionado vertiginosamente al paso con el cambio extraordinario en la matricula de los miembros activos participantes en la dinámica de la sociedad inter-nacional que se compone ahora no meramente de estados soberanos (cuya matricula ha más que triplicado desde que 52 países firmaron la Carta de la ONU en 1945) sino de organizaciones interestatales, administrativas, económicas, sociales y judiciales transnacionales que reflejan las intranacionales. Estamos a solo unos pasos de la globalización política.

Hay, sin embargo, un escollo, el mismo que ha hecho de cada paso uno largo y penoso, la soberanía, que en su fondo no es otra cosa que el ansia de ejercer poder sobre el prójimo. El instinto de territorialidad es una característica que compartimos con nuestras mascotas y con muchas otras especies silvestres.(Sigue) 

viernes, 18 de mayo de 2012

Soberanía nacional pilotando entre Derecho y Política Internacionales 1.

1. Apología.
El que haya sido estudiante, mío o conmigo, en ese lejano pasado de los `70 y `80 del siglo XX, no leerá el acápite como ¨apology¨ y dirá, ¨aquí va éste otra vez ¨bogando contra la corriente.¨ Y tendría razón; porque mis próximos ¨blogs¨, eso serán. Cuantos, no sé; pero empiezan con el #40 y cada uno llevará este mismo título – aunque no es el que primero pensé: Blogando el Argo entre Escila y Caríbdis - y un subtitulo.


¿Por qué ahora? Pues porque ya me ¨jarté¨ de oír a los políticos del patio – sin  distinción del color de su preferencia – usando ¨soberanía¨ como si fuera una bolita de ping-pong en un campeonato de tenis de mesa entre equipos de escuela primaria, y la audiencia - el electorado de esta patria puertorriqueña - estuviera compuesta de niños de teta que no han llegado a la edad de la razón.¡Como desprecian estos señores la inteligencia de nuestro pueblo!

Lo único que saco de los balbuceos que oigo, es que ni un bando ni otro se ha dado cuenta que ¨soberanía¨ hoy no es la que imperaba antes de la Revolución Francesa de 1789-1799, y que, en estos cuatro siglos, su realidad ha hecho un largo y penoso viaje intelectual que había comenzado un siglo antes de la misma. (Sigue)

martes, 8 de mayo de 2012

Reflexiones en torno al ELA soberano (4)

Soberanía y otras reliquias del machismo medieval (bis)
Mis disculpas. El párrafo que sigue lo colé también en otra entrada, porque hay momentos en que despotricar es, no solo  preceptivo, es saludable; además, como aplica igualmente a este tema, lo adopto y  aquí la adapto a esta entrada:

Los gobernantes de toda entidad política, dije, tienen intereses que se pueden definir en términos de poder, ya sea esta Estado o dependencia de un Estado. Si es Estado ¨soberano¨ el interés será en términos de proyectar o defender su poder; si es dependencia (Colonia) de un Estado ya ¨soberano¨ (la Metrópolis) - lo que quiere decir que carece de soberanía propia - el interés no será de la entidad política misma, cuyo poder lo proyecta o defiende la Metrópolis, sino que será el que proyectan los gobernantes de la Colonia. Sin embargo, como los verdaderos intereses de la Colonia están subordina-dos a los de su Metrópolis y, por ello, sujetos a los vaivenes tanto de la política interna de ésta como a los de su política externa.
Cabe pensar entonces que, definidos los intereses de la Colonia en términos de la proyección o defensa de sus verdaderos intereses frente a la Metrópolis, no está en manos de sus gobernantes electos que, por tanto , lejos de velar por los intereses del pueblo que los eligió, proyectan o defienden únicamente los propios. 
Ofrezco como evidencia los más recientes comicios en Puerto Rico, donde en los partidos políticos del patio, amén de otros milagros que ellos mismos se adjudican (incluso el de poder vivir, un mismo elector, en dos Municipios distintos a una misma vez), ¡hasta los muertos tienen derecho a inscribirse para votar! ¡Y muchos salieron de sus tumbas a ejercerlo!

Es chocante que haya sido precisamente el partido político que aspira a convertir a Puerto Rico en estado federado a Estados Unidos de América y que,, para colmo, haya escogido la ocasión para ligar a esa vergonzosa demostración de su desprecio por los más fundamentales postulados de la democracia de la   cual se dicen exponentes. En mi opinión lo que han logrado es embarrarse no solo ellos y el proceso primarísta puertorriqueño, sino también, al proceso primarísta estadounidense. Merecen que en noviembre el electorado de esta nación, la puertorriqueña, los devuelva al chiquero político que parece ser su medio-ambiente preferido. 
En nada los absuelve su acostumbrada excusa de que ¨¡todo el mundo lo hace!¨ ¡Fue a ellos que se les cogió con las manos embarradas! ¡Que sean ellos los que sirvan de ejemplo y paguen por el embarre! ¡Y LIMPIEN LA CARA DE PUERTO RICO!

Era mi propósito que tanto esta como el otro tema del que copie y modifique los párrafos iniciales de esta entrada fueran menos apasionado; pero la indignación pudo mas. Trataré de evitar otra filípica pero no me comprometo a lograrlo.