Esta entrada y la próxima las escribí en octubre de 2011, antes de iniciar esta Bitácora. Las incluyo porque creo que, especialmente ahora, tras los comicios primarios del 18 de marzo de 2012 y sus resultados y repercusiones, cobran actualidad.. Los transcribo tal como los escribí entonces, corrigiendo errores de estilo, por supuesto. El primero lo redacté el 29 de septiembre de 2011, y el segundo, el 3 de octubre.
¡Por fin habló el americano!
03/10/2011
03/10/2011
¡Se acabaron los titubeos! Obama cantó claro y le dijo al Fortuñato lo que menos querían oír: ¨Si quieren cambiar el Estatus de Puerto Rico, NO va a ser por la mitad de los votos, más uno. Tienen que presentarme una mayoría sustancial, o no hay negocio.¨ Amigos míos, en el argot de Washington, eso quiere decir entre dos terceras partes y tres cuartas partes de los votos emitidos en un plebiscito, convocado a esos efectos, y no en una elección para Gobernador.
Hace muchos años que vengo advirtiendo que el estatus no se va a resolver en Washington, se va a resolver en. Una vez los puertorriqueños de acá - no los de allá - hayamos decidido cual es el estatus que queremos, será entonces, y no hasta entonces que podamos pedirle al Presidente y al Congreso (en ese orden) que se nos oiga. Al Preidente, para que abogue nuestra causa; pero es el Congreso que la juzgará y dictará y dictará sentencia en pro o en contra de ella.
En todos los años dede que regresé a esta mi patria en 1962, me he dado cuenta de dos cosas dolorosas para su futuro: la primera, que solo dos partidos políticos en Puerto Rico saben que estatus quieren, el PIP y el PNP. Los dos sueñan con ilusiones nefastas para el País, porque los dos viven en el pasado. El primero, en el Siglo XIX, y el segundo, a mediados del XX. Ninguno de los dos se ha percatado de que el mundo ha cambiado de la Tierra al Cielo. (No, no tengo la metáfora al revés, piensenlo bien.)
Eso no quiere decir que yo crea que el PPD sí sepa lo que quiere. Hasta la fecha, lo que quiere, tal parece, es el poder por aquello de tenerlo. Eso me asusta, porque el arma más fuerte que tiene la oposición es acusar al ELA de etar obsoleto. La obsolescencia, a mi juicio, no está en la sabana, señores; es que la Ley 600 está tan obsoleta, que ya es dañina a los mejores intereses, no solo de Puerto Rico, sino de Estados Unidos mismo.
Pero, el decir que eso significa que el ELA está obsoleto es el mayor error de quienes así dicen, y es el punto débil de su argumentación. Por el contrario, es la Ley 600, lo que impide la realización de ese futuro mejor que el ELA prometió, y que aún puede darle a Puerto Rico. ¿Por qué? Pues, porque es lo único que impide que los portavoces de la oposición logren su aparente empeño de vender la patria a cambio de unas acciones en Wall Street y unas butacas en el Congreso. ¡Eso me asusta!
Me asusta, porque, en los últimos cuarenta y tres años, el PNP ha dejado ver claramente lo que piensan hacer con el poder político cuantas veces lo han obtenido. Eso lo han hecho desvirtuando aquellas tres cosas por las que tanto luchamos: PAN, TIERRA Y LIBERTAD.
El PAN ya nos viene principalmente de afuera, porque la TIERRA, dedicada como está al sembradío de cemento, apenas produce alimento; y la LIBERTAD, que tan poco hemos sabido usar, poco a poco hemos sabido usar, poco a poco la vamos desatendiendo más y más y, sin nutrición, decae. Su último vestigio es el VOTO. Y, aún ese está en peligro de extinción por el cáncer del divisionismo interno y la deshonestidad que carcomen la confianza y promueven la desidia electoral. Si a esto no se le ataja, el pronóstico es reservado.
No se lo que hará don Alejandro García Padilla; solo sé lo que a mí, que llevo casi medio siglo fuera del redil, pero atento a las corridas, me parecería prudente: Primero, me aseguraría de rodearme de una plana mayor que, no solo estén capacitados para llevar las riendas de un Puerto Rico en carrera a un futuro mejor, sino que, como la mujer del Cesar, no solo reflejen honestidad, pero que lo sean. Creo que ya es tiempo de que Alí Baba y los Cuarenta Ladrones vuelva a se meramente personajes de las Mil y una Noches, y no funcionarios del gobierno de Puerto Rico. Segundo, me aseguraría de, con ellos, forjar un programa fundamentado en cuatro sectores, primero, por el más olvidado, el barrio rural y urbano; segundo, el sector productivo, las regiones agro-económicas y comerciales; tercero, la re-estructuración y agilización ge los servicios sociales, incluida la educación; cuarto la modernización del concepto mismo del ELA para ponerlo a tono con las realidades del Siglo XXI. Tomando en cuenta las nuevas tendencias en organización interestatal y derecho internacional. (Más sobre estos cuatro sectores diré en su momento).
En todos los años dede que regresé a esta mi patria en 1962, me he dado cuenta de dos cosas dolorosas para su futuro: la primera, que solo dos partidos políticos en Puerto Rico saben que estatus quieren, el PIP y el PNP. Los dos sueñan con ilusiones nefastas para el País, porque los dos viven en el pasado. El primero, en el Siglo XIX, y el segundo, a mediados del XX. Ninguno de los dos se ha percatado de que el mundo ha cambiado de la Tierra al Cielo. (No, no tengo la metáfora al revés, piensenlo bien.)
Eso no quiere decir que yo crea que el PPD sí sepa lo que quiere. Hasta la fecha, lo que quiere, tal parece, es el poder por aquello de tenerlo. Eso me asusta, porque el arma más fuerte que tiene la oposición es acusar al ELA de etar obsoleto. La obsolescencia, a mi juicio, no está en la sabana, señores; es que la Ley 600 está tan obsoleta, que ya es dañina a los mejores intereses, no solo de Puerto Rico, sino de Estados Unidos mismo.
Pero, el decir que eso significa que el ELA está obsoleto es el mayor error de quienes así dicen, y es el punto débil de su argumentación. Por el contrario, es la Ley 600, lo que impide la realización de ese futuro mejor que el ELA prometió, y que aún puede darle a Puerto Rico. ¿Por qué? Pues, porque es lo único que impide que los portavoces de la oposición logren su aparente empeño de vender la patria a cambio de unas acciones en Wall Street y unas butacas en el Congreso. ¡Eso me asusta!
Me asusta, porque, en los últimos cuarenta y tres años, el PNP ha dejado ver claramente lo que piensan hacer con el poder político cuantas veces lo han obtenido. Eso lo han hecho desvirtuando aquellas tres cosas por las que tanto luchamos: PAN, TIERRA Y LIBERTAD.
El PAN ya nos viene principalmente de afuera, porque la TIERRA, dedicada como está al sembradío de cemento, apenas produce alimento; y la LIBERTAD, que tan poco hemos sabido usar, poco a poco hemos sabido usar, poco a poco la vamos desatendiendo más y más y, sin nutrición, decae. Su último vestigio es el VOTO. Y, aún ese está en peligro de extinción por el cáncer del divisionismo interno y la deshonestidad que carcomen la confianza y promueven la desidia electoral. Si a esto no se le ataja, el pronóstico es reservado.
No se lo que hará don Alejandro García Padilla; solo sé lo que a mí, que llevo casi medio siglo fuera del redil, pero atento a las corridas, me parecería prudente: Primero, me aseguraría de rodearme de una plana mayor que, no solo estén capacitados para llevar las riendas de un Puerto Rico en carrera a un futuro mejor, sino que, como la mujer del Cesar, no solo reflejen honestidad, pero que lo sean. Creo que ya es tiempo de que Alí Baba y los Cuarenta Ladrones vuelva a se meramente personajes de las Mil y una Noches, y no funcionarios del gobierno de Puerto Rico. Segundo, me aseguraría de, con ellos, forjar un programa fundamentado en cuatro sectores, primero, por el más olvidado, el barrio rural y urbano; segundo, el sector productivo, las regiones agro-económicas y comerciales; tercero, la re-estructuración y agilización ge los servicios sociales, incluida la educación; cuarto la modernización del concepto mismo del ELA para ponerlo a tono con las realidades del Siglo XXI. Tomando en cuenta las nuevas tendencias en organización interestatal y derecho internacional. (Más sobre estos cuatro sectores diré en su momento).