viernes, 3 de febrero de 2012

La Geopolítica de ser Puerto Rico (1)

¡El Destino Manifiesto de Estados Unidos se hizo realidad!
Estados Unidos, que ha luchado tanto por mantenerse con su pie firmemente plantado en el Mar Medi- terráneo Américano, acaba de plantar el otro en el Mar de Alquitrán del Gran Oriente Medio.. Pero; ¡No es lo mismo pisar en un bache de agua, que uno de brea!

Si bien acertó el poeta John Donne al escribir que ningún hombre es una isla, cuán más acierto yo, aunque de poeta nada tengo, al decir que ninguna isla es un mundo. Nadie puede dudar que Puerto Rico es una isla y que, como tal, es parte de ese Mundo ancho y ajeno que la rodea. Si aceptamos esa premisa, tenemos que aceptar igualmente que lo que pasa en ese Mundo la afecta, y que por tanto lo que pasa en Puerto Rico muy bien puede afectar al Mundo del cual es parte.
Tal vez, de los puertorriqueño, pocos se sienten afectados por lo que pasa en el Asia Central y aún menos por algo que pase en la Oceanía. Tal vez, hace 75 años, eso hubiera sido posible; pero ya no. Hoy lo que ocurre en cualquier parte de ese nuevo Mundo Global. Reflexionemos un poco sobre  la Geopolítica  en este Mundo Global y como nos afecta por el mero hecho de ser Puerto Rico.
Empecemos por hacernos dos preguntas: ¿Cuantos tienen parientes o conocidos que han servido en Iraq o Afganistán? y antes de que eso ocurriera. ¿cuantos sabían de Iraq y Afganistán? o, más al caso, ¿cuantos tenían por qué saber de esos países? ¿Les sorprendería saber que a través de la Historia, se han ganado una muy merecida reputación como el Cementerio de Imperios? Pues sí.  Allí yacen los restos de Imperios que van desde Alejándro el Grande hasta el Imperio británico y la Unión Soviética. Ya queda un solo imperio, el de Estados Unidos, el imperio anti imperialista que llegó a serlo por defecto, o, por lo menos eso dicen.
Ahora, 22 años después de que la invasión de Kuwait por Iraq llevara al Presidente George H. W. Bush de Estados Unidos a declarar guerra contra Iraq. Su hijo, el Presidente George W. Bush, con el pretexto de llevar la Guerra contra el Terrorismo (llamada también Operación Libertad Duradera) la amplió tras los ataques terroristas del 11 de septiembre 2001, para permitir la invasión de Afganistán el 7 de octubre 2001.  En 2011, el Presidente Barak Obama  anunció el fin de ambas guerras, y el retiro de las tropas de combate americanas de ambos países. Pero no de todas, algunas quedan en Kuwait. 
La teoría es que ya los ejércitos nacionales están en condición de mantener la paz. Con todo respeto, me permito diferir. La realidad parece ser que no lo están. A menos que los medios rotativos y televisivos alrededor del mundo nos estén engañando, paz es justamente lo que no están manteniendo. Como estudioso de los vaivenes políticos políticos del Cementerio de los Imperios no puedo menos que preguntarme si no estamos oyendo el estertor del Imperio Americano.
En octubre del 2010, escribí un ensayo (que no se publicó) con el título de Estados Unidos a la deriva en el Mar de Alquitrán. Volví sobre el asunto en febrero del 2011 con otro, Bacará Geopolítico en el Gran Oriente Medio, con el mismo resultado. 
Pero, como lo que entonces dije, hoy cobra vigencia, porque hoy incide un factor que entonces no se advertía aquí:  un referendo sobre el estatus de Puerto Rico. Aunque parezca traído por los cabellos algo que ocurrió allá, en Kabul, va a tener un efecto sobre lo que va a ocurrir en agosto en Puerto Rico. Ya se siente venir. Analistas del quehacer político del patio, como yo, hemos detectado que en los corrillos del Capitolio en Washington existe una marcada falta de interés en un cambio de nuestra relación política actual con Estados Unidos. Y la falta de interés es tanto entre los Demócratas como entre Repúblicanos. La razón es obvia.
El 22 de junio del año pasado, el Presidente Obama anunció que, para fines de ese año, comenzaría la repatriación de las tropas americanas (10,000) de Afganistán, y que, para el verano de 2012 (este año), otras  23,000 regresarían a casa. Su meta dijo era que la repatriación se completara para esa fecha.   Antes, el 31 de diciembre de 2011, todas las tropas americanas en Iraq habían partido, salvo unos 4,000 que se mudaron a Kuwait. ¿Quiere eso decir que Estados Unidos se sustrajo del Gran Oriente Medio? ¡Ni soñar-lo! ¡La región no lo admite! No por nada se ha ganado la reputación de ser Cementerio de Imperios. Allí yacen los retos de incontables Imperios, desde antes de Alejandro el Grande, hasta el Otomano.
Eso creyeron tambien los imperios inglés y ruso en el S XIX, cuando el imperialismo estaba todavía de moda. Eso también creyeron los americanos cuando, después de la 1ª Guerra Mundial, y otra vez después de la 2ª Guerra Mundial trataron de desmantelar los imperios coloniales europeos e impulsar la autodeterminación de los pueblos colonizados, sin darse cuenta de que ellos mimos ya eran imperio, con colonias propias, y que el desmantelamiento de los existentes lo que lograría sería dejarlos a ellos como el Hegemón Internacional, el último gran Imperio con responsabilidad de apaciguar los ánimos de los pueblos insatisfechos alrededor del globo. Eso pasó ya. ¡Hoy Estados Unidos es el Hegemón! ¿y nosotros? ¡El portero del Mar Mediterráneo Americano! Por ende, podemos decir que un cambio en el estatus definitivamente ha pasado al final de la lista de prioridades del Gobierno de Estados Unidos.
Esa realidad internacional  de hoy requiere que en Puerto Rico enfoquemos la atención en dos regiones particulares del globo. Ambas son mares: el Mar Mediterráneo Americano y el Mar de Alquitrán (aunque no aparecen en los mapas corrientes con esos nombres)El primero consiste del Mar Caribe y el Golfo de México. A este le dedique las varias entradas que tercian sobre el estatus de Puerto Rico en esta mi Bitácora, donde hice hincapié en la importancia que tiene la Isla en el tapiz de la política global de Estados Unidos y postulé que un cambio en el estatus no es inminente con el plebiscito proyectado para el otoño de 2012.
Esta camada de entradas la dedicaré a describir la otra esfera de interés de Estados Unidos la que hace aún más probable que el resultado de éste plebiscito sufra la misma suerte que todas las anteriores: mucho ruido,  y pocas nueces.

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