martes, 1 de mayo de 2012

El Gran Juego, 2ª Edición (1945-1991) y lo que vino después. (4)

Las malas costumbres no son fáciles de dejar. 
Una de ellas es la de la querer rehacer el mundo al gusto de los vencedores en guerras diz que para erradicar la escoria de la guerra. Otra es creer que re-trazar las fronteras nacionales de vencidos y vencedores se acaban las riñas y agravios. Una tercera falacia, por lo menos desde Vestfalia hasta San Francisco, es creer que la solución esta en crear organizaciones ¨supra-nacionales¨ cada vez más complejas para resolver des-avenencias entre naciones. Hasta la fecha, parece que el error está en esa percepción. La ONU no es en si la solución al mal, es solo uno de los instrumentos que facilitan la búsqueda de soluciones.

No es ni lógico siquiera pensar en que haya una solución global y final. A lo más que podemos aspirar es encontrar   una resolución para cada caso individual. Los organismos internacionales ya los hay en abundancia. Lo que falta es la voluntad de usarlos con responsabilidad y buena fe, dos de los tan cacareados Principios Fundamentales del Derecho Inter- nacional Público, especialmente cuando aplicarlos chocaría de frente con el otro que usamos como escudo para evitar lo que a gritos le exigimos al prójimo que ceda en nuestro país, sus derechos frente a las leyes nacionales: ¡La Soberanía Nacional!  (Sigue en la 5ª entrada de este tema)

No hay comentarios:

Publicar un comentario