Mis disculpas. El párrafo que sigue lo colé también en otra entrada, porque hay momentos en que despotricar es, no solo preceptivo, es saludable; además, como aplica igualmente a este tema, lo adopto y aquí la adapto a esta entrada:
Los gobernantes de toda entidad política, dije, tienen intereses que se pueden definir en términos de poder, ya sea esta Estado o dependencia de un Estado. Si es Estado ¨soberano¨ el interés será en términos de proyectar o defender su poder; si es dependencia (Colonia) de un Estado ya ¨soberano¨ (la Metrópolis) - lo que quiere decir que carece de soberanía propia - el interés no será de la entidad política misma, cuyo poder lo proyecta o defiende la Metrópolis, sino que será el que proyectan los gobernantes de la Colonia. Sin embargo, como los verdaderos intereses de la Colonia están subordina-dos a los de su Metrópolis y, por ello, sujetos a los vaivenes tanto de la política interna de ésta como a los de su política externa.
Cabe pensar entonces que, definidos los intereses de la Colonia en términos de la proyección o defensa de sus verdaderos intereses frente a la Metrópolis, no está en manos de sus gobernantes electos que, por tanto , lejos de velar por los intereses del pueblo que los eligió, proyectan o defienden únicamente los propios.
Ofrezco como evidencia los más recientes comicios en Puerto Rico, donde en los partidos políticos del patio, amén de otros milagros que ellos mismos se adjudican (incluso el de poder vivir, un mismo elector, en dos Municipios distintos a una misma vez), ¡hasta los muertos tienen derecho a inscribirse para votar! ¡Y muchos salieron de sus tumbas a ejercerlo!
En nada los absuelve su acostumbrada excusa de que ¨¡todo el mundo lo hace!¨ ¡Fue a ellos que se les cogió con las manos embarradas! ¡Que sean ellos los que sirvan de ejemplo y paguen por el embarre! ¡Y LIMPIEN LA CARA DE PUERTO RICO!
Era mi propósito que tanto esta como el otro tema del que copie y modifique los párrafos iniciales de esta entrada fueran menos apasionado; pero la indignación pudo mas. Trataré de evitar otra filípica pero no me comprometo a lograrlo.
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